miércoles, 30 de marzo de 2011

PERSONALIDAD

                                  



Tratarse  de la personalidad es  un concepto básico dentro de la psicología, a lo largo de la historia ha recibido numerosas definiciones, además de las conceptualizaciones más o menos intuitivas que ha recibido. Algunos autores han clasificado estas definiciones en grupos.[1]
La personalidad puede sintetizarse como el conjunto de características o patrón de sentimientos y pensamientos ligados al comportamiento, es decir, los pensamientos, sentimientos, actitudes y hábitos y la conducta de cada individuo, que persiste a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones distinguiendo a un individuo de cualquier otro haciéndolo diferente a los demás. La personalidad persiste en el comportamiento de las personas congruentes a través del tiempo, aun en distintas situaciones o momentos, otorgando algo único a cada individuo que lo caracteriza como independiente y diferente. Ambos aspectos de la personalidad, distinción y persistencia, tienen una fuerte vinculación con la construcción de la identidad, a la cual modela con características denominadas rasgos o conjuntos de rasgos que, junto con otros aspectos del comportamiento, se integran en una unidad coherente que finalmente describe a la persona. Ese comportamiento tiene una tendencia a repetirse a través del tiempo de una forma determinada, sin que quiera decir que esa persona se comporte de modo igual en todos los casos. Es decir, la personalidad es la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad, mostrando una tendencia de ese comportamiento a través del tiempo, que nos permite afrontar la vida y mostrarnos el modo en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Nos permite reaccionar ante ese mundo de acuerdo al modo de percepción, retro-alimentando con esa conducta en nuestra propia personalidad. Cada persona al nacer ya tiene su propia personalidad con ciertas características propias, que con el paso del tiempo más el factor ambiental y las circunstancias es como se definirá esa persona. La personalidad será fundamental para el desarrollo de las demás habilidades del individuo y para la integración con grupos sociales.

BUENO,LA PERSONALIDAD ES LO QUE  DEFINE A UNA PERSONA A SER UNICOS E IRREPETIBLES, CON UNA AUTOESTIMA ALTA Y CON DIFERENCIAS QUE CARACTERIZA  A CADA PERSONA Y LAS DESTINGEN DE OTRA.

LA AUTOAFIRMACION


Autoafirmarse es estar seguro de sí mismo, a diferencia de lo que probablemente sucede comúnmente: Llegar a un establecimiento comercial sin saber cómo pedir lo que necesitas, por miedo a que te respondan con descortesía; efectuar un trámite oficial rezando para ver si el que está en la ventanilla, se le ocurre atenderte bien... asistir a una fiesta incómodo y preocupado por si te miran mal o por si te estás comportando adecuadamente, según los otros. ¡Claro!... Estar autoafirmado es estar muy claro, muy decidido, sin depender de la opinión de los otros para poder saber si vales o no. Este proceso de afirmación está basado en un contacto directo y claro contigo mismo que te lleva a saber lo que eres, no por referencias externas, sino por las tuyas propias; se basa en superar la necesidad de buscar a cada instante que te aplaudan, que te digan que estás bien, que eres una persona correcta y que no te van a rechazar. Cuando tú mismo no te rechaces, te dejará de importar que otros lo hagan. Tendrás conciencia de lo que dices, haces, piensas, sientes; vivirás de acuerdo a tus principios, valores, objetivos y apartarás lo que los demás opinen o piensen al respecto. Sabrás escucharlos, pero separando muy claramente lo que depende de ti, y lo que depende de ellos. Eres tú quien decide sobre tus palabras, tus acciones, tus pensamientos y tu vida. Quien organiza tu tiempo, tu dinero, en fin, tu espacio. Y tienes que aprender a expresar lo que quieres y lo que no, ante cualquier ofrecimiento: comida, fiestas, reuniones, discos, compromisos de trabajo, políticos, religiosos, artísticos, amistad, noviazgo, matrimonio etc., tienes que preguntarte qué quieres y qué no; qué te beneficia y qué te perjudica; si quieres comprometerte o no; si puedes responder o no a esos compromisos ofrecidos, y cuando lo sepas y/o decidas lo que quieres, tienes que saber también cuándo y cómo lo quieres, de manera serena y sin agredir a nadie, con consideración hacia los otros; pero sobre todo, hacia ti mismo. Debes decir exactamente lo que piensas, cómo lo piensas; lo que quieres y cómo lo quieres, esperando de los otros el respeto que tú te das, sin dejarte llevar por falsos pudores que ya sabes que son resultado de tu negación. Decir «no», «no quiero», «no me gusta» no significa agredir, significa aceptarse, afirmarse y simplemente comunicar lo que realmente deseamos evitando, por temor o por ansiedad, pretender estar de acuerdo con los otros; que a fin de cuentas, significa no estar de acuerdo con uno mismo. El obstáculo es que resulta difícil mantenerse en la postura y decir: «yo no pienso igual», porque tienes la idea de que los otros así te rechazarán, te negarán su afecto o simpatía. Con quien has de estar de acuerdo es contigo mismo. Cuando te conoces, cuando íntimamente te ligas a tu yo interior, porque vives conscientemente minuto a minuto, se establece una integración tan grande y una valoración tan positiva que ¡cómo no te vas a amar! Y ¿cómo se reflejará este amor? Se reflejará como autoestima en el amor hacia uno mismo, es decir, en buscar situaciones positivas y valiosas, buscar la salud, la belleza, el conocimiento, las buenas acciones, los buenos instrumentos, el buen saber, el buen vivir. Todo ello te va a permitir ayudar, respetar y valorar a los demás porque ya tienes una referencia, un saber sobre el respeto, la valoración y sobre todo la afirmación. Vamos a hablar ahora de los aspectos prácticos, ¿de acuerdo? Ya dijimos lo que hay que hacer, pero ahora, ¿qué hemos de enfrentar para conseguirlo?: "Vencer a los enemigos del amor". ¿A quién hay que vencer primero? A la inercia ¿por qué? Porque si te dejas llevar por la forma en como has vivido ayer, anteayer, etc., no vas a poder cambiar nada de lo que inconscientemente se proyecta en ti. Si no lo haces, lo primero que lograrás es detener tus hábitos negativos y tomar conciencia de ti mismo. Al romper la inercia podrás trabajar con tu autoimagen y cada momento que surja una imagen negativa, la sustituirás por otra positiva. Es muy importante recordar, que lo que experimentamos y vivimos lo hacemos primero en nuestra mente. Nos predisponemos positiva o negativamente hacia una persona, una situación o una experiencia, primero en la mente, después en los sentimientos y por último en la acción. Otro aspecto fundamental, es entender que esa imagen negativa se refuerza por nuestros enfoques de la vida, que a veces nos llevan a considerar que no hemos tenido suficiente éxito o que nos hemos equivocado. Sin embargo, es vital entender que la vida es cíclica y no siempre se falla, ni siempre se tiene éxito. Ten muy claro en la mente, lo que has logrado, y colócalo como imagen positiva para desplazar la negativa. Cuando nos sintamos mal por no haber conseguido algún triunfo, consideremos que no todas las cosas dependen de uno, que hay cosas que dependen de otros... Trabaja mucho la imágen que quieres de ti mismo, porque -y esto lo tienes que recordar- en cada momento que te veas como un poco tonto, débil o egoísta, te destruyes, te provocas culpas, te castigas, tiendes a esconderte de tus propios ojos, de tu propia mirada y acabas por no identificarte, por ignorar quién eres, lo que necesitas y hacia dónde vas. Cuando aprendamos a través de esa valoración y ese respeto a proyectar una buena autoimágen, podremos empezar también a tener imágenes positivas de los demás, porque valoraremos lo que hacen y dicen; tomaremos en cuenta que toda la energía manifiesta por un ser humano es valiosa, que es el resultado de la gran evolución universal, y reconoceremos la energía en una planta, la belleza en un animal, en una piedra y entendemos que todo eso es un esfuerzo de la naturaleza. Si tienes una autoimagen positiva, te darás cuenta de que no solamente eres muy importante, ¡sino absolutamente valioso para ti mismo! Si no te otorgas importancia en tu propia conciencia, nada lo tiene para ti, pues ¿qué puede tenerla para quien no le importa su propia vida? Proyectar una imagen positiva cuando estableces un encuentro con otro ser humano o vives cualquier circunstancia, hace que lo que piensas y dices sea valioso, por lo tanto, no lo calles. Este trabajo mental requerirá, de una atención; es con ella, que podrás vencer la inercia y caminar hacia el movimiento libre y voluntario de tus pensamientos. Derrotando al temor: Cuando no tienes autoestima piensas que los otros van a destruir tus conceptos y consideras que debes defenderlos a toda costa, de manera que si tienes una opinión o un concepto ¡tienes que demostrar que es el verdadero, el único!, y no es así... La aceptación de lo ajeno, el diálogo, siempre nos va a enriquecer, nunca nos va a mermar. La experiencia y la historia de la humanidad nos ha enseñado que los más grandes motores de odio y destrucción, han sido los temores a lo diferente. No se puede amar lo que se teme. Disponte a la tolerancia, a la aceptación del otro, eso no te hará más frágil sino mucho más fuerte. Sé tú y deja que los otros tengan también su oportunidad. El respeto es una forma de amor. Estimando a los demás: Una forma de reforzar la autoestima es apreciando a los demás y fomentando que ellos se estimen también. Es prescindiendo de los juegos de manipulación o chantaje que se realizan cuando no se tiene seguridad. Son manifestaciones del temor. No, cuando frente a nosotros alguien se infravalora debes decirle: «Oye, tu opinión es importante», o «me interesa conocer lo que realmente quieres», o «yo reconozco en ti tal cualidad».

BUENO,  LA AUTOAFIRMACION  ES UN PROCESO  DE  ACEPTARTE Y VALORARTE A TI MISMO(A)  Y DENTRO DE UN PROCESO DE DESARROLLO  COMO PERSONA  Y ESPECILMENTE  ES ESTA ETAPA DE LA ADOLESCENCIA, EXISTEN  VARIOS ASPECTOS RELACIONADOS A TU IDENTIDAD QUE VAS A IR CONSOLIDANDO  Y DEFINIENDO EN TODA  TU  ADOLESCENCIA.
 CONDOR YULY.

La identidad del adolescente.

 
Dr. Sergio Muñoz Fernández *

 
Cuando el desarrollo del niño se produce en una familia armónica y en una sociedad que le acepta, le apoya en sus progresos y ante sus dificultades, su salud mental se caracteriza por su capacidad para adaptarse al crecimiento y a las exigencias a las que es sometido.
La adolescencia es un periodo de la vida que oscila entre la niñez y la juventud; es decir, la edad comprendida entre los 12 y los 21 años de edad. 
La adolescencia es descrita como una época en la que el adolescente  busca, quiere llegar a ser alguien pero no sabe cómo, es por eso que el adolescente hace ensayos que en ocasiones pueden ser mal vistos por la familia y la sociedad, olvidándonos los adultos que estos ensayos son necesarios para que consolide su identidad. Entendemos por identidad la sensación de continuidad y mismidad, es decir, de ser uno mismo y lo que le permite al individuo diferenciarse de los demás.
La adolescencia es considerada en sí misma una etapa de crisis ya que implica adaptarse a cambios físicos, psicológicos y medioambientales (familiares y extrafamiliares) pues es el momento en que "se empieza a dejar de ser niño" y esto conlleva el tener como una tarea importante en esta etapa el aceptar la pérdida de esa infancia.
Por su parte la adolescencia de los hijos es también una etapa de crisis para los padres ya que éstos tendrán que vivir junto con el adolescente  estos cambios: el hijo que tienen frente a sí no es un niño pero tampoco es un adulto, no será de extrañar sus cambios en el comportamiento mostrándose oposicionista y desafiante, pareciera que está peleado con todos y con todo, se muestra inconforme con todo lo que antes era aceptado llámese familia, sociedad, cultura, religión, etcétera, El adolescente -siente la necesidad de estar menos tiempo con sus padres, lo que le va a permitir desprenderse de ellos y estar en posibilidad de establecer nuevas relaciones principalmente con otros adolescentes hombres y mujeres-; el adolescente desarrolla modas en el vestir, en el saludo, en el lenguaje, en el arreglo ¿desarreglo? personal, "se casa" con ideas radicales manifestándose o bien como ateo o como comunista, situaciones todas éstas que van a repercutir de una u otra forma, en mayor o menor medida en la actitud y en el comportamiento de esos padres hacia sus hijos adolescentes, y es así como también con aportación de los padres (idealmente tolerando y guiando estos cambios) el adolescente  va conformando su identidad.
Ahora bien, ¿en qué momento podemos hablar de conductas mal adaptativas o de riesgo de prolongación o desviación del desarrollo de esa identidad? Cuando estas conductas que hemos descrito como características de la edad adolescente parecen perpetuarse, acentuarse y aun desviarse por caminos que ya no representan ideales a alcanzar sino una forma de vida, en la que se puede estar arriesgando la vida. Por ejemplo, el uso de drogas, conductas antisociales, etcétera, por el contrario, una transición adecuada de la adolescencia permitirá al chico o a la chica encontrar "eso" que andaba buscando que es justamente su identidad; le permitirá establecer una relación diferente con sus padres, con amigos, con intereses diversos pero definidos, por ejemplo, decidir qué quiere estudiar y elegir una pareja con la cual pueda compartir su vida.

LA IDENTIDAD DE LOS ADOLESCENTES ES UNA CONSTRUCCIÓN PROGRESIVA DESDE QUE NACEMOS Y LA CONSOLIDAMOS EN ESTA ETAPA.
YULY CONDOR