martes, 31 de mayo de 2011

La Violencia Infantil.

Hablar de violencia infantil es referirse a un tema doloroso, es hablar de una lacra de la humanidad que – a pesar de innumerables esfuerzos, propósitos y programas - no pudo ser erradicada. Una lacra aun peor que las pestes y las epidemias que luego de más de 5000 años de civilización y más de 2000 años de la era cristiana, sigue aquí, en la tierra, aferrada y creciente. Una desgracia originada y mantenida exclusivamente por los seres humanos, lo que nos hace dudar de la validez de la palabra humanidad.
Lo cierto es que, desde que el mundo es mundo, a los niños – como a las mujeres – les tocó la peor parte, ya que el concepto de niñez protegida es realmente muy reciente.
La historia nos muestra que la niñez, desde siempre, fue avasallada y sus derechos conculcados o ignorados, temas que a veces desde la actividad física el deporte y la recreación, se ven como lejanos. 
La lista de padecimientos que les fueron y aun les son infligidos a los niños es interminable, además de ser cruel y escabrosa y cuantas veces pasa cerca nuestro la posibilidad de ayudar y no nos damos cuenta. 
Desinterés y abandono, miseria e ignorancia colaboraron para sostener este estado de cosas, además de pautas culturales permisivas o decididamente crueles, por lo menos vistas desde nuestro punto de vista latinoamericano con fuerte raíz europea. 
Es bueno puntualizar ahora éste, nuestro particular enfoque argentino, porque las pautas de cultura en materia de política infantil son sumamente distintas si nos referimos a razas o religiones diversas, y esto es válido aun dentro de nuestro continente americano puesto que, por ejemplo, no se considera de la misma forma a la niñez en la Argentina que en el Brasil. 
Para bien o para mal - muchas veces para mal - cada país del mundo adopta y sostiene su particular visión sobre la infancia y por correlación, sobre la violencia infantil. 
Sin pretender presentar un catálogo de miserias y crueldades humanas, doloroso y escatológico, creo que es necesario recordar, al menos, algunos de los hitos que la humanidad le ha impuesto a la niñez. 
La actitud de la humanidad respecto de la protección o desprotección de la niñez ha sido absolutamente pendular, y ha ido y aun sigue yendo desde la protección total que ofrecen los países escandinavos, hasta el abandono y la esclavización que imponen algunos países africanos. 
En Inglaterra, cuna de la mayoría de los derechos humanos, los menores son civil y penalmente imputables a partir de los 10 años.
Y esto tomó estado público a nivel mundial cuando hace poco tiempo, dos menores de 10 años, secuestraron en un shopping a un niño de 2 años, y luego de torturarlo con extremo sadismo, le quitaron la vida. Los niños asesinos fueron condenados judicialmente como si fuesen adultos y además recibieron la repulsa social de los ciudadanos, quienes aun hoy se oponen a la libertad condicional con que los victimarios fueron beneficiados.
En Brasil por otra parte, los niños, a partir de los 8 años de edad son considerados trabajadores legales y realizan aportes para su futura jubilación.
Al otro lado del mundo, en la India, los niños en verdaderas hordas, mendigan por las calles y literalmente viven a la intemperie en tanto que las familias más indigentes llegan a mutilar a uno de sus hijos, generalmente el menor, para que se arrastre, provoque más compasión y obtenga mayores limosnas.
En Etiopía, la desastrosa miseria hace que los niños mueran de inanición por miles, cada día. 
Todos hemos visto con horror, en la televisión, a esos niños flaquísimos, casi esqueléticos, con sus vientres hinchados por el hambre y sus ojos enormemente abiertos al espanto y la desesperanza. 
Y también todos recordaremos esa impresionante escena – ahora un clásico del periodismo – que mostraba a una niña vietnamita corriendo desnuda, para huir de su casa que volaba por los aires durante un bombardeo. 
Y por casa ¿como andamos?. En la Argentina, mi patria, las cosas no llegan a tales extremos, pero la situación de abandono, mendicidad y delincuencia infantil, lamentablemente está en franco crecimiento. Y esto a pesar de los esfuerzos – reales o declamados – de las autoridades de turno, a lo largo de varias décadas. 
Aquí también la política fue pendular. En un extremo del arco del péndulo podemos recordar al plan “los únicos privilegiados son los niños” que impuso el entonces presidente Perón, quien ubicaba a los niños – por lo menos en teoría - como primera prioridad nacional. 
En el otro lado del péndulo podemos considerar la lamentable realidad actual, con padres que no se ocupan de sus hijos, con deficientes planes educativos, con insuficientes o inexistentes proyectos de contención, con creciente mendicidad, drogadicción, violencia y delincuencia. 
De:  Sandra Sánchez

La Pubertad.

La pubertad, adolescencia inicial o adolescencia temprana es la primera fase de la adolescencia y de la juventud, normalmente se inicia a los 10 años en las niñas y 11 años en los niños y finaliza a los 14-15 años. En la pubertad se lleva a cabo el proceso de cambios físicos en el cual el cuerpo del niño o niña se convierte en adolescente, capaz de la reproducción sexual.
El crecimiento se acelera en la primera mitad de la pubertad, y alcanza su desarrollo al final. Las diferencias corporales entre niños y niñas antes de la pubertad son casi únicamente sus genitales. Durante la pubertad se notan diferencias más grandes en cuanto a tamaño, forma, composición y desarrollo funcional en muchas estructuras y sistemas del cuerpo. Las más obvias son las características sexuales secundarias. En sentido estricto, el término «pubertad» se refiere a los cambios corporales en la maduración sexual más que a los cambios psicosociales y culturales que esto conlleva.
La adolescencia es el período de transición psicológica y social entre la niñez y la vida adulta. La adolescencia abarca gran parte del período de la pubertad, pero sus límites están menos definidos, y se refiere más a las características psicosociales y culturales mencionadas anteriormente.
La palabra pubertad describe la etapa de la adolescencia en la que tu cuerpo se transforma en cuerpo de adulto. Cambios hormonales son la causa de los grandes cambios físicos que notarás durante este periodo. A veces te sentirás como si hubieses perdido control de tu cuerpo, pero esa sensación es común entre todos los adolescentes mientras pasan la pubertad, y se disminuirá con el tiempo conforme tus hormonas se estabilicen y tu cuerpo también.
Además de experimentar importantes cambios físicos, tus emociones cambian también. La forma en que ves a ti misma, a tu familia y a tus amigos podrá cambiar. Durante la pubertad empezarás a tomar tus propias decisiones y formar tus propias opiniones. En este sentido la pubertad marca un cambio importante, porque supone el primer paso en el camino hacia la independencia de un adulto.
Por muy confundido que te sientas a veces, no estás solo. La mayoría de adolescentes no tienen la confianza ni la inclinación para hablar con sus amigos sobre cómo se sienten ante los cambios de la pubertad. Pero ten por seguro que la mayoría comparten las mismas inseguridades que tu, y que se comparen con los demás.
Durante la pubertad serás más consciente de tu sexualidad y de ciertas presiones mediáticos y tabúes sociales. Es muy importante que, antes de tomar cualquier decisión en relación con la actividad sexual, estés informada de todas las posibles repercusiones. Se trata de una decisión muy personal pero también fundamental porque puede tener implicaciones durante todo el resto de tu vida, así que mucho cuidado y, sobre todo, respeto hacia ti misma y hacia tu pareja. Tu capacidad de disfrutar con tu pareja dependerá de la madurez con la que afrontes tu relación. Si tienes dudas en este sentido, probablemente el mejor consejo es no precipitarte. Y nunca tengas relaciones porque te sientes obligada o presionada por tu pareja o por tus amigas. Tienes toda la vida por delante no tengas prisa.
La pubertad, es el final de la infancia y paso a la adolescencia. Es una época difícil por la intensidad y rapidez con que se suceden los cambios, tanto fisiológicos como psicológicos, los cuales modifican no sólo el aspecto del joven sino también su forma de entender el mundo, su capacidad de razonamiento y valoración y el modo de relacionarse con los demás.
La pubertad constituye propiamente el primer período de la adolescencia y en ella se inician las transformaciones orgánicas y psíquicas que marcarán el paso del muchacho o de la muchacha de la niñez a la juventud. Su aparición difiere según los grupos raciales y las condiciones climáticas: comienza antes en las personas de raza negra y en las zonas cálidas. En las regiones templadas y entre la raza blanca, suele iniciarse de los doce a los trece años para el sexo femenino y de los catorce a los quince para el masculino.

De: Sandra Sánchez


El Amor en la Adolescencia.

      El amor en la adolescencia suele vivirse de manera muy intensa, existe una gran ilusión del primer amor, Sin embargo llega maquillado por una gran cantidad expectativas que se han alimentado a través de lo aprendido en la vida, por ej. En la familia, ya sea repitiendo patrones o queriendo cambiarlos totalmente, influyen también los medios de comunicación, los cuentos color de rosa, películas de amor tormentosas, telenovelas en donde mágicamente a través del sacrificio se consigue el amor de aquel que tanto nos desprecia, canciones que hablan de amores maravillosos y perfectos etc. enseñan que el amor o se sufre mucho o todo es de ensueño. Por ello cuando se viven las primeras relaciones se cree debería ser parecido a lo que teóricamente se conoce o se tiene la fantasía de poder cambiar la historia.


Otro factor que interviene de manera importante es el enamoramiento que se presenta en el inicio de las relaciones, que es en realidad una distorsión de la percepción, se exageran las cualidades y se cree que la otra persona es la ideal para compartir con ella el resto de la vida; afortunadamente el tiempo hace milagros y permite descubrir la esencia real de la persona.
Dentro de las relaciones de pareja se tratan de cubrir las carencias afectivas que se vivieron en la infancia, con el amor de la pareja. A través de la vida se aprende a hacerse responsable de sí mismo, pero en esta etapa, los adolescentes aún no tienen una identidad bien definida y viven las frustraciones, los fracasos y las experiencias felices de manera más egocéntrica, como si solamente fueran los únicos en el mundo a quien sucedieran estos eventos y jamás fuera a pasar el dolor, sin embargo pasa más rápido de lo que ellos mismo imaginan.


La experiencia en el amor es fundamental como en muchas otras cosas, el o la adolescente tendrá que besar a muchos sapos antes de encontrar su príncipe azul, es importante que no se deje llevar por la desesperación si éste tarda en llegar, después de todo la historia de su vida amorosa apenas empieza. Es mejor esperar a que alguien nos ame por lo que somos y no entregarnos a quien amamos pero no nos ama por el miedo a la soledad, porque el precio sería perderse a sí mismo.
“Se sigue viviendo aunque perdamos a quien no nos ama, pero no podemos vivir si nos perdemos a nosotros mismos”.



El amor en la adolescencia suele vivirse de manera muy intensa, existe una
Gran ilusión del primer amor, Sin embargo llega maquillado por una gran
cantidad expectativas que se han alimentado a través de lo aprendido en la
vida, por ej. En la familia, ya sea repitiendo patrones o queriendo cambiarlos
totalmente, influyen también los medios de comunicación, los cuentos color de
rosa, películas de amor tormentosas, telenovelas en donde mágicamente a
través del sacrificio se consigue el amor de aquel que tanto nos desprecia,
canciones que hablan de amores maravillosos y perfectos etc. enseñan que el
amor o se sufre mucho o todo es de ensueño. Por ello cuando se viven las
primeras relaciones se cree debería ser parecido a lo que teóricamente se
conoce o se tiene la fantasía de poder cambiar la historia.
Otro factor que interviene de manera importante es el enamoramiento que se
presenta en el inicio de las relaciones, que es en realidad una distorsión de la
percepción, se exageran las cualidades y se cree que la otra persona es la
ideal para compartir con ella el resto de la vida; afortunadamente el tiempo
hace milagros y permite descubrir la esencia real de la persona.
Dentro de las relaciones de pareja se tratan de cubrir las carencias afectivas
que se vivieron en la infancia, con el amor de la pareja. A través de la vida se
aprende a hacerse responsable de sí mismo, pero en esta etapa, los
adolescentes aún no tienen una identidad bien definida y viven las
frustraciones, los fracasos y las experiencias felices de manera más
egocéntrica, como si solamente fueran los únicos en el mundo a quien
sucedieran estos eventos y jamás fuera a pasar el dolor, sin embargo pasa
más rápido de lo que ellos mismo imaginan.
De: Sandra Sánchez

martes, 5 de abril de 2011

CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD

La construcción de un sentido de identidad y de univocidad personal es la característica distintiva del modo en el cual un sistema individual construye su orden autorreferencial, tanto que la diferenciación progresiva y gradual del sentido de sí mismo aparece desde el inicio interconectada con el desarrollo cognitivo y emotivo. Por lo tanto los mecanismos que sustentan la identidad personal están estrechamente conectados con aquellos que sustentan el conocimiento. Podemos decir entonces que durante el ciclo de vida individual humano van a surgir niveles más integrados de identidad y de conocimiento de sí mismo.
Examinemos como ocurre esto.
Habíamos señalado que los primates viven una realidad intersubjetiva y que la supervivencia del joven primate y del adulto va a depender de la calidad de vinculación con la madre y no sólo de una relación de proximidad física de cuidado y protección. Si nos desplazamos de los primates a los humanos, vamos a encontrar que el sistema vincular se torna extremadamente complejo. Porque el sistema de vínculo humano es el medio por excelencia por el cual cada humano logra construir un sentido de sí mismo, específico y único por el cual se reconoce, es decir que vincularse a alguien es reconocerse y tener un sentido de sí mismo específico.
Una figura de vinculación en el niño es una coordinación de sensaciones de acciones, de percepciones que dan un sentido de sí mismo. Este tema del vínculo e identidad es el tema básico de todo el desarrollo emocional desde los 0 hasta los 18 años a 20 años. Podemos decir muy breve y gráficamente que la calidad del vínculo es la manera de dividir y ordenar el espacio con ciertas tonalidades emotivas de la misma manera como lo veíamos en los primates. Se empieza a ver entonces que en el niño, desde el momento mismo de nacer y de acuerdo a las modulaciones emotivas que acompañan sus experiencias activadoras relacionadas con el alejamiento de la figura referencial (que puede ser la madre u otra persona) o de las tonalidades emotivas que están asociadas a la desactivación por el acercamiento a la figura vincular, algunas tonalidades emotivas comienzan a delinearse más que otras. Lo que sabemos hoy con respecto al desarrollo emocional es que los humanos nacemos con un repertorio de emociones. Podemos decir que un niño al momento de nacer tiene un repertorio de emociones básicas potencialmente listas, completas. Ahora, estas emociones van a tomar forma a través de la experiencia inmediata, que van a tener que ver con los procesos de vinculación con las figuras de referenciales. En base a las características emotivas de la persona que ejerce el vínculo, ciertas tonalidades emotivas serán más seleccionadas que otras. Por ej.: en una madre muy preocupada y asustada con su hijo, en éste la tonalidad emotiva de miedo será mucho más desarrollada y vivida que las otras. Otra madre que no está nunca presente o que no acude a los llamados de su hijo, la tonalidad emotiva de pérdida, abandono y desamparo serán seleccionadas en él. Pero estas emociones se irán desarrollando de una manera diferente a los pensamientos, cuya forma es secuencial y lineal. El desarrollo de las emociones es por semejanza analógica. Para Guidano la mejor metáfora de cómo esto sucede es la metáfora musical. Si se tiene presente cómo se construye una sinfonía, notamos que en ella hay una tonalidad musical básica y que ésta es la llave ordenadora de todas las otras tonalidades musicales.
Volvamos entonces a ese niño que su particular vínculo familiar le ha seleccionado y amplificado una tonalidad emotiva de pérdida. Todo su desarrollo emotivo se hará en esa línea, es decir, el niño va a diferenciar las otras tonalidades emotivas confrontándolas con la pérdida. Así la tonalidad emotiva de alegría es la ausencia de pérdida. El miedo, la anticipación de una pérdida. La tristeza, la vivencia de la pérdida, etc. Todas las emociones son diferenciadas desde esta tonalidad básica. La calidad emotiva del vínculo se refleja en una unidad organizativa del dominio emotivo que es un proceso. Es unitario porque hay una tonalidad emotiva de fondo, que le va dando al niño un sentido específico de sí mismo, de identidad, de unicidad en diferentes situaciones, y con esa modalidad el niño diferencia todas las emociones. Es unitaria porque todas las emociones son contempladas siempre como derivadas de una sola. Esta unidad da un sentido específico de uno mismo como una manera precisa de sentirse en el mundo.
La duración completa de ese proceso se prolonga hasta pasada la adolescencia. La vinculación se va volviendo más compleja lo largo del desarrollo para favorecer la instauración de procesos autorreferenciales más estructurados, como la identificación y la imitación de modelos


  A  MI  ME  PARECE  QUE  LA  CONSTRUCION  DE  LA  IDENTIDAD  SE  DA  DESDE  QUE  SOMOS  NIÑOS, POR  EJEMPLO  A  LAS  NIÑAS  LES  DAN  JUEGOS  DE  COCINA ,Y A NIÑO  JUEGOS  DE  CONSTRUCION  O DE  GUERRAS
DE  MERCEDES

                                           IDENTIDAD   PERSONAL


 

Desde un punto de vista psicológico puede decirse que identidad personal es la que hace que uno sea “sí mismo” y no “otro”. Se trata pues, de un conjunto de rasgos personales que conforma la realidad de cada uno y se proyecta hacia el mundo externo permitiendo que los demás reconozcan a la persona desde su “mismidad”, esto es, en su forma de ser específica y particular. La individualidad sólo es posible cuando se exterioriza la personalidad auténtica del ser humano, de manera tal que éste pueda reconocerse a sí mismo como parte de la humanidad en general y simultáneamente, como un ser único y diferente de los demás. Esto es pues, la identidad.
Algunos autores diferencian entre la identidad (en el sentido de identificación) que refieren a información cuantitativa y cualitativa que al ser observable y medible, puede asegurar que se trata de un individuo y no de otro, y la identificación personal que destaca los caracteres propios y distintivos que hacen que cada sujeto pueda diferenciarse de los demás, de esta manera, la identidad personal no se agota en la identificación.

LA  IDENTIDAD PERSONAL  ES  CONOCERSE  ASI  MISMO  , COMPORTARSE  TAL  COMO  ERES,  SER  TU  MISMO  NO  TRATAR DE  COMPORTARTE  DE  OTRA  MANERA
DE  MERCEDES


El embarazo adolescente




Las chicas jóvenes experimentan sentimientos de soledad, de poca confianza en sí mismas que intentan suplir con las relaciones íntimas con el otro sexo.

Existe una escasa o nula comunicación con sus padres o con las hermanas mayores, sobre todo, en lo que concierne al sexo. Esto les lleva a buscar y encontrar la opinión y el consejo de otros jóvenes de su edad con su misma inexperiencia y falta de correctos patrones de conducta.

Existe además un desmedido afán por entrar en contacto con "nuevas experiencias".

Entre las madres adolescentes existe un factor común a todas ellas: una mala historia de rendimiento escolar.
 Existe un alto índice de abandono precoz de los estudios, sobre todo entre las madres más jóvenes.

Además parece ser que las jóvenes incluidas en programas de educación especial tienen también más riesgo de tener un embarazo en su adolescencia.
Todas las estadísticas realizadas demuestran que hay mayor número de embarazos en adolescentes cuyas familias están separadas y también en familias con un solo progenitor. El embarazo adolescente


Hasta un 60% de las jóvenes madres pertenecen a familias cuyos padres están separados; y un 40% no ha vivido nunca una situación familiar estable.

En el mismo sentido, se comprueba que el embarazo precoz es más frecuente en jóvenes cuyas madres son solteras o lo eran al concebir a su hija, o que, a su vez, habían tenido hijos a una edad muy temprana.



A  MI  COMO  ADOLESCENTE  ME PARECE  ESTE PROBLEMA   QUE  TIENEN  MUCHAS  JOVENES  ES  POR NO TENER MUCHA  DIALOGACION  CON SUS PADRES  POR LA  CUAL  RECURRE  A  SU PAREJA  A BUSCAR SATISFACCION  O  DEJARSE  LLEVAR  POR  EL MOMENTO  Y NO SABER  LA CONSECUENCIAS  QUE LE TRAERIA , COMO  NO PODER  ESTUDIAR  YESTAR  EN  SU CASA . TAMBIEN  PODRIA  SUFRIR  VIOLENCIA  POR  PARTE  DEL  PADRE  DE SU HIJO  Y  ASI   LLEVAR UNA  VIDA  MALA  .
POR ESO ADOLESCENTES  PIENSEN ANTES DE ACTUAR  Y ANALIZEN  LAS   COSAS

SUSAN  CONDORI  TITO





















La Identidad

El proceso de convertirse en persona, es la tarea a la cual todos los seres humanos, hombres y mujeres, estamos enfrentados. Es en base a nuestras experiencias de vida que vamos forjando nuestra identidad personal, la que, en términos muy simples, se puede definir como “las ideas que tenemos acerca de cómo somos y cómo nos ve el mundo”.

En la construcción de nuestra identidad personal, podemos decir que es la adolescencia cuando surgen las primeras respuestas tentativas a la pregunta de ¿quién soy yo?, respuestas que vamos a estar revisando y actualizando por el resto de nuestras vidas. La identidad personal es un proceso que comienza a esbozarse en la infancia y se construye a lo largo de la vida.

En la infancia la actitud de nuestros padres y/o de los adultos significativos que nos rodean, juega un papel muy importante en cómo nos percibimos a nosotros mismos. Así, un niño que ha sido elogiado y estimulado y que siente el apoyo y aprobación de sus padres y otros adultos importantes para él/ella, va a tener mayores probabilidades de sentirse bien consigo mismo, de valorarse como persona y desarrollar confianza en su capacidad de tener éxito, que un niño(a) cuyo estilo de crianza se haya caracterizado por la crítica permanente y el castigo excesivo.
 Los padres juegan un rol importante como los primeros modelos de personas que tenemos. En gran medida los seres humanos aprendemos a desempeñar los roles de hombre, mujer, de esposa y esposo, de padre y madre, que configuran aspectos de lo que será nuestra identidad como adultos, a través de las experiencias con nuestros propios padres. Ellos nos sirven de modelos: Los  niños aprenden muchas cosas por imitación y esto se ve muy claramente reflejado en los juegos infantiles, como, por ejemplo, jugar a ser el papá y la  mama
BUENO,A  MI  ME PARECE  QUE  ES  UNA  ETAPA DONDE UNO MISMO  CONSTRUYE  SU  PROPIA  IDENTIDAD POR LA CUAL NOS  PREGUNTAMOS  QUIEN SOY , QUE SOMOS  EN  LA  SOCIEDAD  Y SOBRE TODO VALORARNOS COM  SOMOS  COMO PERSONAS                        
SUSAN  CONDORI  TITO







miércoles, 30 de marzo de 2011

PERSONALIDAD

                                  



Tratarse  de la personalidad es  un concepto básico dentro de la psicología, a lo largo de la historia ha recibido numerosas definiciones, además de las conceptualizaciones más o menos intuitivas que ha recibido. Algunos autores han clasificado estas definiciones en grupos.[1]
La personalidad puede sintetizarse como el conjunto de características o patrón de sentimientos y pensamientos ligados al comportamiento, es decir, los pensamientos, sentimientos, actitudes y hábitos y la conducta de cada individuo, que persiste a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones distinguiendo a un individuo de cualquier otro haciéndolo diferente a los demás. La personalidad persiste en el comportamiento de las personas congruentes a través del tiempo, aun en distintas situaciones o momentos, otorgando algo único a cada individuo que lo caracteriza como independiente y diferente. Ambos aspectos de la personalidad, distinción y persistencia, tienen una fuerte vinculación con la construcción de la identidad, a la cual modela con características denominadas rasgos o conjuntos de rasgos que, junto con otros aspectos del comportamiento, se integran en una unidad coherente que finalmente describe a la persona. Ese comportamiento tiene una tendencia a repetirse a través del tiempo de una forma determinada, sin que quiera decir que esa persona se comporte de modo igual en todos los casos. Es decir, la personalidad es la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad, mostrando una tendencia de ese comportamiento a través del tiempo, que nos permite afrontar la vida y mostrarnos el modo en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Nos permite reaccionar ante ese mundo de acuerdo al modo de percepción, retro-alimentando con esa conducta en nuestra propia personalidad. Cada persona al nacer ya tiene su propia personalidad con ciertas características propias, que con el paso del tiempo más el factor ambiental y las circunstancias es como se definirá esa persona. La personalidad será fundamental para el desarrollo de las demás habilidades del individuo y para la integración con grupos sociales.

BUENO,LA PERSONALIDAD ES LO QUE  DEFINE A UNA PERSONA A SER UNICOS E IRREPETIBLES, CON UNA AUTOESTIMA ALTA Y CON DIFERENCIAS QUE CARACTERIZA  A CADA PERSONA Y LAS DESTINGEN DE OTRA.

LA AUTOAFIRMACION


Autoafirmarse es estar seguro de sí mismo, a diferencia de lo que probablemente sucede comúnmente: Llegar a un establecimiento comercial sin saber cómo pedir lo que necesitas, por miedo a que te respondan con descortesía; efectuar un trámite oficial rezando para ver si el que está en la ventanilla, se le ocurre atenderte bien... asistir a una fiesta incómodo y preocupado por si te miran mal o por si te estás comportando adecuadamente, según los otros. ¡Claro!... Estar autoafirmado es estar muy claro, muy decidido, sin depender de la opinión de los otros para poder saber si vales o no. Este proceso de afirmación está basado en un contacto directo y claro contigo mismo que te lleva a saber lo que eres, no por referencias externas, sino por las tuyas propias; se basa en superar la necesidad de buscar a cada instante que te aplaudan, que te digan que estás bien, que eres una persona correcta y que no te van a rechazar. Cuando tú mismo no te rechaces, te dejará de importar que otros lo hagan. Tendrás conciencia de lo que dices, haces, piensas, sientes; vivirás de acuerdo a tus principios, valores, objetivos y apartarás lo que los demás opinen o piensen al respecto. Sabrás escucharlos, pero separando muy claramente lo que depende de ti, y lo que depende de ellos. Eres tú quien decide sobre tus palabras, tus acciones, tus pensamientos y tu vida. Quien organiza tu tiempo, tu dinero, en fin, tu espacio. Y tienes que aprender a expresar lo que quieres y lo que no, ante cualquier ofrecimiento: comida, fiestas, reuniones, discos, compromisos de trabajo, políticos, religiosos, artísticos, amistad, noviazgo, matrimonio etc., tienes que preguntarte qué quieres y qué no; qué te beneficia y qué te perjudica; si quieres comprometerte o no; si puedes responder o no a esos compromisos ofrecidos, y cuando lo sepas y/o decidas lo que quieres, tienes que saber también cuándo y cómo lo quieres, de manera serena y sin agredir a nadie, con consideración hacia los otros; pero sobre todo, hacia ti mismo. Debes decir exactamente lo que piensas, cómo lo piensas; lo que quieres y cómo lo quieres, esperando de los otros el respeto que tú te das, sin dejarte llevar por falsos pudores que ya sabes que son resultado de tu negación. Decir «no», «no quiero», «no me gusta» no significa agredir, significa aceptarse, afirmarse y simplemente comunicar lo que realmente deseamos evitando, por temor o por ansiedad, pretender estar de acuerdo con los otros; que a fin de cuentas, significa no estar de acuerdo con uno mismo. El obstáculo es que resulta difícil mantenerse en la postura y decir: «yo no pienso igual», porque tienes la idea de que los otros así te rechazarán, te negarán su afecto o simpatía. Con quien has de estar de acuerdo es contigo mismo. Cuando te conoces, cuando íntimamente te ligas a tu yo interior, porque vives conscientemente minuto a minuto, se establece una integración tan grande y una valoración tan positiva que ¡cómo no te vas a amar! Y ¿cómo se reflejará este amor? Se reflejará como autoestima en el amor hacia uno mismo, es decir, en buscar situaciones positivas y valiosas, buscar la salud, la belleza, el conocimiento, las buenas acciones, los buenos instrumentos, el buen saber, el buen vivir. Todo ello te va a permitir ayudar, respetar y valorar a los demás porque ya tienes una referencia, un saber sobre el respeto, la valoración y sobre todo la afirmación. Vamos a hablar ahora de los aspectos prácticos, ¿de acuerdo? Ya dijimos lo que hay que hacer, pero ahora, ¿qué hemos de enfrentar para conseguirlo?: "Vencer a los enemigos del amor". ¿A quién hay que vencer primero? A la inercia ¿por qué? Porque si te dejas llevar por la forma en como has vivido ayer, anteayer, etc., no vas a poder cambiar nada de lo que inconscientemente se proyecta en ti. Si no lo haces, lo primero que lograrás es detener tus hábitos negativos y tomar conciencia de ti mismo. Al romper la inercia podrás trabajar con tu autoimagen y cada momento que surja una imagen negativa, la sustituirás por otra positiva. Es muy importante recordar, que lo que experimentamos y vivimos lo hacemos primero en nuestra mente. Nos predisponemos positiva o negativamente hacia una persona, una situación o una experiencia, primero en la mente, después en los sentimientos y por último en la acción. Otro aspecto fundamental, es entender que esa imagen negativa se refuerza por nuestros enfoques de la vida, que a veces nos llevan a considerar que no hemos tenido suficiente éxito o que nos hemos equivocado. Sin embargo, es vital entender que la vida es cíclica y no siempre se falla, ni siempre se tiene éxito. Ten muy claro en la mente, lo que has logrado, y colócalo como imagen positiva para desplazar la negativa. Cuando nos sintamos mal por no haber conseguido algún triunfo, consideremos que no todas las cosas dependen de uno, que hay cosas que dependen de otros... Trabaja mucho la imágen que quieres de ti mismo, porque -y esto lo tienes que recordar- en cada momento que te veas como un poco tonto, débil o egoísta, te destruyes, te provocas culpas, te castigas, tiendes a esconderte de tus propios ojos, de tu propia mirada y acabas por no identificarte, por ignorar quién eres, lo que necesitas y hacia dónde vas. Cuando aprendamos a través de esa valoración y ese respeto a proyectar una buena autoimágen, podremos empezar también a tener imágenes positivas de los demás, porque valoraremos lo que hacen y dicen; tomaremos en cuenta que toda la energía manifiesta por un ser humano es valiosa, que es el resultado de la gran evolución universal, y reconoceremos la energía en una planta, la belleza en un animal, en una piedra y entendemos que todo eso es un esfuerzo de la naturaleza. Si tienes una autoimagen positiva, te darás cuenta de que no solamente eres muy importante, ¡sino absolutamente valioso para ti mismo! Si no te otorgas importancia en tu propia conciencia, nada lo tiene para ti, pues ¿qué puede tenerla para quien no le importa su propia vida? Proyectar una imagen positiva cuando estableces un encuentro con otro ser humano o vives cualquier circunstancia, hace que lo que piensas y dices sea valioso, por lo tanto, no lo calles. Este trabajo mental requerirá, de una atención; es con ella, que podrás vencer la inercia y caminar hacia el movimiento libre y voluntario de tus pensamientos. Derrotando al temor: Cuando no tienes autoestima piensas que los otros van a destruir tus conceptos y consideras que debes defenderlos a toda costa, de manera que si tienes una opinión o un concepto ¡tienes que demostrar que es el verdadero, el único!, y no es así... La aceptación de lo ajeno, el diálogo, siempre nos va a enriquecer, nunca nos va a mermar. La experiencia y la historia de la humanidad nos ha enseñado que los más grandes motores de odio y destrucción, han sido los temores a lo diferente. No se puede amar lo que se teme. Disponte a la tolerancia, a la aceptación del otro, eso no te hará más frágil sino mucho más fuerte. Sé tú y deja que los otros tengan también su oportunidad. El respeto es una forma de amor. Estimando a los demás: Una forma de reforzar la autoestima es apreciando a los demás y fomentando que ellos se estimen también. Es prescindiendo de los juegos de manipulación o chantaje que se realizan cuando no se tiene seguridad. Son manifestaciones del temor. No, cuando frente a nosotros alguien se infravalora debes decirle: «Oye, tu opinión es importante», o «me interesa conocer lo que realmente quieres», o «yo reconozco en ti tal cualidad».

BUENO,  LA AUTOAFIRMACION  ES UN PROCESO  DE  ACEPTARTE Y VALORARTE A TI MISMO(A)  Y DENTRO DE UN PROCESO DE DESARROLLO  COMO PERSONA  Y ESPECILMENTE  ES ESTA ETAPA DE LA ADOLESCENCIA, EXISTEN  VARIOS ASPECTOS RELACIONADOS A TU IDENTIDAD QUE VAS A IR CONSOLIDANDO  Y DEFINIENDO EN TODA  TU  ADOLESCENCIA.
 CONDOR YULY.

La identidad del adolescente.

 
Dr. Sergio Muñoz Fernández *

 
Cuando el desarrollo del niño se produce en una familia armónica y en una sociedad que le acepta, le apoya en sus progresos y ante sus dificultades, su salud mental se caracteriza por su capacidad para adaptarse al crecimiento y a las exigencias a las que es sometido.
La adolescencia es un periodo de la vida que oscila entre la niñez y la juventud; es decir, la edad comprendida entre los 12 y los 21 años de edad. 
La adolescencia es descrita como una época en la que el adolescente  busca, quiere llegar a ser alguien pero no sabe cómo, es por eso que el adolescente hace ensayos que en ocasiones pueden ser mal vistos por la familia y la sociedad, olvidándonos los adultos que estos ensayos son necesarios para que consolide su identidad. Entendemos por identidad la sensación de continuidad y mismidad, es decir, de ser uno mismo y lo que le permite al individuo diferenciarse de los demás.
La adolescencia es considerada en sí misma una etapa de crisis ya que implica adaptarse a cambios físicos, psicológicos y medioambientales (familiares y extrafamiliares) pues es el momento en que "se empieza a dejar de ser niño" y esto conlleva el tener como una tarea importante en esta etapa el aceptar la pérdida de esa infancia.
Por su parte la adolescencia de los hijos es también una etapa de crisis para los padres ya que éstos tendrán que vivir junto con el adolescente  estos cambios: el hijo que tienen frente a sí no es un niño pero tampoco es un adulto, no será de extrañar sus cambios en el comportamiento mostrándose oposicionista y desafiante, pareciera que está peleado con todos y con todo, se muestra inconforme con todo lo que antes era aceptado llámese familia, sociedad, cultura, religión, etcétera, El adolescente -siente la necesidad de estar menos tiempo con sus padres, lo que le va a permitir desprenderse de ellos y estar en posibilidad de establecer nuevas relaciones principalmente con otros adolescentes hombres y mujeres-; el adolescente desarrolla modas en el vestir, en el saludo, en el lenguaje, en el arreglo ¿desarreglo? personal, "se casa" con ideas radicales manifestándose o bien como ateo o como comunista, situaciones todas éstas que van a repercutir de una u otra forma, en mayor o menor medida en la actitud y en el comportamiento de esos padres hacia sus hijos adolescentes, y es así como también con aportación de los padres (idealmente tolerando y guiando estos cambios) el adolescente  va conformando su identidad.
Ahora bien, ¿en qué momento podemos hablar de conductas mal adaptativas o de riesgo de prolongación o desviación del desarrollo de esa identidad? Cuando estas conductas que hemos descrito como características de la edad adolescente parecen perpetuarse, acentuarse y aun desviarse por caminos que ya no representan ideales a alcanzar sino una forma de vida, en la que se puede estar arriesgando la vida. Por ejemplo, el uso de drogas, conductas antisociales, etcétera, por el contrario, una transición adecuada de la adolescencia permitirá al chico o a la chica encontrar "eso" que andaba buscando que es justamente su identidad; le permitirá establecer una relación diferente con sus padres, con amigos, con intereses diversos pero definidos, por ejemplo, decidir qué quiere estudiar y elegir una pareja con la cual pueda compartir su vida.

LA IDENTIDAD DE LOS ADOLESCENTES ES UNA CONSTRUCCIÓN PROGRESIVA DESDE QUE NACEMOS Y LA CONSOLIDAMOS EN ESTA ETAPA.
YULY CONDOR