martes, 31 de mayo de 2011

La Violencia Infantil.

Hablar de violencia infantil es referirse a un tema doloroso, es hablar de una lacra de la humanidad que – a pesar de innumerables esfuerzos, propósitos y programas - no pudo ser erradicada. Una lacra aun peor que las pestes y las epidemias que luego de más de 5000 años de civilización y más de 2000 años de la era cristiana, sigue aquí, en la tierra, aferrada y creciente. Una desgracia originada y mantenida exclusivamente por los seres humanos, lo que nos hace dudar de la validez de la palabra humanidad.
Lo cierto es que, desde que el mundo es mundo, a los niños – como a las mujeres – les tocó la peor parte, ya que el concepto de niñez protegida es realmente muy reciente.
La historia nos muestra que la niñez, desde siempre, fue avasallada y sus derechos conculcados o ignorados, temas que a veces desde la actividad física el deporte y la recreación, se ven como lejanos. 
La lista de padecimientos que les fueron y aun les son infligidos a los niños es interminable, además de ser cruel y escabrosa y cuantas veces pasa cerca nuestro la posibilidad de ayudar y no nos damos cuenta. 
Desinterés y abandono, miseria e ignorancia colaboraron para sostener este estado de cosas, además de pautas culturales permisivas o decididamente crueles, por lo menos vistas desde nuestro punto de vista latinoamericano con fuerte raíz europea. 
Es bueno puntualizar ahora éste, nuestro particular enfoque argentino, porque las pautas de cultura en materia de política infantil son sumamente distintas si nos referimos a razas o religiones diversas, y esto es válido aun dentro de nuestro continente americano puesto que, por ejemplo, no se considera de la misma forma a la niñez en la Argentina que en el Brasil. 
Para bien o para mal - muchas veces para mal - cada país del mundo adopta y sostiene su particular visión sobre la infancia y por correlación, sobre la violencia infantil. 
Sin pretender presentar un catálogo de miserias y crueldades humanas, doloroso y escatológico, creo que es necesario recordar, al menos, algunos de los hitos que la humanidad le ha impuesto a la niñez. 
La actitud de la humanidad respecto de la protección o desprotección de la niñez ha sido absolutamente pendular, y ha ido y aun sigue yendo desde la protección total que ofrecen los países escandinavos, hasta el abandono y la esclavización que imponen algunos países africanos. 
En Inglaterra, cuna de la mayoría de los derechos humanos, los menores son civil y penalmente imputables a partir de los 10 años.
Y esto tomó estado público a nivel mundial cuando hace poco tiempo, dos menores de 10 años, secuestraron en un shopping a un niño de 2 años, y luego de torturarlo con extremo sadismo, le quitaron la vida. Los niños asesinos fueron condenados judicialmente como si fuesen adultos y además recibieron la repulsa social de los ciudadanos, quienes aun hoy se oponen a la libertad condicional con que los victimarios fueron beneficiados.
En Brasil por otra parte, los niños, a partir de los 8 años de edad son considerados trabajadores legales y realizan aportes para su futura jubilación.
Al otro lado del mundo, en la India, los niños en verdaderas hordas, mendigan por las calles y literalmente viven a la intemperie en tanto que las familias más indigentes llegan a mutilar a uno de sus hijos, generalmente el menor, para que se arrastre, provoque más compasión y obtenga mayores limosnas.
En Etiopía, la desastrosa miseria hace que los niños mueran de inanición por miles, cada día. 
Todos hemos visto con horror, en la televisión, a esos niños flaquísimos, casi esqueléticos, con sus vientres hinchados por el hambre y sus ojos enormemente abiertos al espanto y la desesperanza. 
Y también todos recordaremos esa impresionante escena – ahora un clásico del periodismo – que mostraba a una niña vietnamita corriendo desnuda, para huir de su casa que volaba por los aires durante un bombardeo. 
Y por casa ¿como andamos?. En la Argentina, mi patria, las cosas no llegan a tales extremos, pero la situación de abandono, mendicidad y delincuencia infantil, lamentablemente está en franco crecimiento. Y esto a pesar de los esfuerzos – reales o declamados – de las autoridades de turno, a lo largo de varias décadas. 
Aquí también la política fue pendular. En un extremo del arco del péndulo podemos recordar al plan “los únicos privilegiados son los niños” que impuso el entonces presidente Perón, quien ubicaba a los niños – por lo menos en teoría - como primera prioridad nacional. 
En el otro lado del péndulo podemos considerar la lamentable realidad actual, con padres que no se ocupan de sus hijos, con deficientes planes educativos, con insuficientes o inexistentes proyectos de contención, con creciente mendicidad, drogadicción, violencia y delincuencia. 
De:  Sandra Sánchez

La Pubertad.

La pubertad, adolescencia inicial o adolescencia temprana es la primera fase de la adolescencia y de la juventud, normalmente se inicia a los 10 años en las niñas y 11 años en los niños y finaliza a los 14-15 años. En la pubertad se lleva a cabo el proceso de cambios físicos en el cual el cuerpo del niño o niña se convierte en adolescente, capaz de la reproducción sexual.
El crecimiento se acelera en la primera mitad de la pubertad, y alcanza su desarrollo al final. Las diferencias corporales entre niños y niñas antes de la pubertad son casi únicamente sus genitales. Durante la pubertad se notan diferencias más grandes en cuanto a tamaño, forma, composición y desarrollo funcional en muchas estructuras y sistemas del cuerpo. Las más obvias son las características sexuales secundarias. En sentido estricto, el término «pubertad» se refiere a los cambios corporales en la maduración sexual más que a los cambios psicosociales y culturales que esto conlleva.
La adolescencia es el período de transición psicológica y social entre la niñez y la vida adulta. La adolescencia abarca gran parte del período de la pubertad, pero sus límites están menos definidos, y se refiere más a las características psicosociales y culturales mencionadas anteriormente.
La palabra pubertad describe la etapa de la adolescencia en la que tu cuerpo se transforma en cuerpo de adulto. Cambios hormonales son la causa de los grandes cambios físicos que notarás durante este periodo. A veces te sentirás como si hubieses perdido control de tu cuerpo, pero esa sensación es común entre todos los adolescentes mientras pasan la pubertad, y se disminuirá con el tiempo conforme tus hormonas se estabilicen y tu cuerpo también.
Además de experimentar importantes cambios físicos, tus emociones cambian también. La forma en que ves a ti misma, a tu familia y a tus amigos podrá cambiar. Durante la pubertad empezarás a tomar tus propias decisiones y formar tus propias opiniones. En este sentido la pubertad marca un cambio importante, porque supone el primer paso en el camino hacia la independencia de un adulto.
Por muy confundido que te sientas a veces, no estás solo. La mayoría de adolescentes no tienen la confianza ni la inclinación para hablar con sus amigos sobre cómo se sienten ante los cambios de la pubertad. Pero ten por seguro que la mayoría comparten las mismas inseguridades que tu, y que se comparen con los demás.
Durante la pubertad serás más consciente de tu sexualidad y de ciertas presiones mediáticos y tabúes sociales. Es muy importante que, antes de tomar cualquier decisión en relación con la actividad sexual, estés informada de todas las posibles repercusiones. Se trata de una decisión muy personal pero también fundamental porque puede tener implicaciones durante todo el resto de tu vida, así que mucho cuidado y, sobre todo, respeto hacia ti misma y hacia tu pareja. Tu capacidad de disfrutar con tu pareja dependerá de la madurez con la que afrontes tu relación. Si tienes dudas en este sentido, probablemente el mejor consejo es no precipitarte. Y nunca tengas relaciones porque te sientes obligada o presionada por tu pareja o por tus amigas. Tienes toda la vida por delante no tengas prisa.
La pubertad, es el final de la infancia y paso a la adolescencia. Es una época difícil por la intensidad y rapidez con que se suceden los cambios, tanto fisiológicos como psicológicos, los cuales modifican no sólo el aspecto del joven sino también su forma de entender el mundo, su capacidad de razonamiento y valoración y el modo de relacionarse con los demás.
La pubertad constituye propiamente el primer período de la adolescencia y en ella se inician las transformaciones orgánicas y psíquicas que marcarán el paso del muchacho o de la muchacha de la niñez a la juventud. Su aparición difiere según los grupos raciales y las condiciones climáticas: comienza antes en las personas de raza negra y en las zonas cálidas. En las regiones templadas y entre la raza blanca, suele iniciarse de los doce a los trece años para el sexo femenino y de los catorce a los quince para el masculino.

De: Sandra Sánchez


El Amor en la Adolescencia.

      El amor en la adolescencia suele vivirse de manera muy intensa, existe una gran ilusión del primer amor, Sin embargo llega maquillado por una gran cantidad expectativas que se han alimentado a través de lo aprendido en la vida, por ej. En la familia, ya sea repitiendo patrones o queriendo cambiarlos totalmente, influyen también los medios de comunicación, los cuentos color de rosa, películas de amor tormentosas, telenovelas en donde mágicamente a través del sacrificio se consigue el amor de aquel que tanto nos desprecia, canciones que hablan de amores maravillosos y perfectos etc. enseñan que el amor o se sufre mucho o todo es de ensueño. Por ello cuando se viven las primeras relaciones se cree debería ser parecido a lo que teóricamente se conoce o se tiene la fantasía de poder cambiar la historia.


Otro factor que interviene de manera importante es el enamoramiento que se presenta en el inicio de las relaciones, que es en realidad una distorsión de la percepción, se exageran las cualidades y se cree que la otra persona es la ideal para compartir con ella el resto de la vida; afortunadamente el tiempo hace milagros y permite descubrir la esencia real de la persona.
Dentro de las relaciones de pareja se tratan de cubrir las carencias afectivas que se vivieron en la infancia, con el amor de la pareja. A través de la vida se aprende a hacerse responsable de sí mismo, pero en esta etapa, los adolescentes aún no tienen una identidad bien definida y viven las frustraciones, los fracasos y las experiencias felices de manera más egocéntrica, como si solamente fueran los únicos en el mundo a quien sucedieran estos eventos y jamás fuera a pasar el dolor, sin embargo pasa más rápido de lo que ellos mismo imaginan.


La experiencia en el amor es fundamental como en muchas otras cosas, el o la adolescente tendrá que besar a muchos sapos antes de encontrar su príncipe azul, es importante que no se deje llevar por la desesperación si éste tarda en llegar, después de todo la historia de su vida amorosa apenas empieza. Es mejor esperar a que alguien nos ame por lo que somos y no entregarnos a quien amamos pero no nos ama por el miedo a la soledad, porque el precio sería perderse a sí mismo.
“Se sigue viviendo aunque perdamos a quien no nos ama, pero no podemos vivir si nos perdemos a nosotros mismos”.



El amor en la adolescencia suele vivirse de manera muy intensa, existe una
Gran ilusión del primer amor, Sin embargo llega maquillado por una gran
cantidad expectativas que se han alimentado a través de lo aprendido en la
vida, por ej. En la familia, ya sea repitiendo patrones o queriendo cambiarlos
totalmente, influyen también los medios de comunicación, los cuentos color de
rosa, películas de amor tormentosas, telenovelas en donde mágicamente a
través del sacrificio se consigue el amor de aquel que tanto nos desprecia,
canciones que hablan de amores maravillosos y perfectos etc. enseñan que el
amor o se sufre mucho o todo es de ensueño. Por ello cuando se viven las
primeras relaciones se cree debería ser parecido a lo que teóricamente se
conoce o se tiene la fantasía de poder cambiar la historia.
Otro factor que interviene de manera importante es el enamoramiento que se
presenta en el inicio de las relaciones, que es en realidad una distorsión de la
percepción, se exageran las cualidades y se cree que la otra persona es la
ideal para compartir con ella el resto de la vida; afortunadamente el tiempo
hace milagros y permite descubrir la esencia real de la persona.
Dentro de las relaciones de pareja se tratan de cubrir las carencias afectivas
que se vivieron en la infancia, con el amor de la pareja. A través de la vida se
aprende a hacerse responsable de sí mismo, pero en esta etapa, los
adolescentes aún no tienen una identidad bien definida y viven las
frustraciones, los fracasos y las experiencias felices de manera más
egocéntrica, como si solamente fueran los únicos en el mundo a quien
sucedieran estos eventos y jamás fuera a pasar el dolor, sin embargo pasa
más rápido de lo que ellos mismo imaginan.
De: Sandra Sánchez